viernes, 20 de enero de 2012
Tal vez naciste de la Tierra, del lugar que ya nadie desea, del olvido y deshonra que se suele vivir.
Apareciste de la luz que aun dice que puedo respirar.
Eres del color del cielo, de la esperanza que me faltaba swntir.
Eres el aire del dia y el sol de noche.
Puedo sentir que quiero vivir como ellas, tan libres y en el cielo, alas de la vida, imparables e intocables.
Solo queda decir que es la noche quien llena las horas del vivir, de un mismo latir
Sólo al cerrar los ojos, puedo,
puedo ver,
la realidad llega a mi como el cielo cuando cambia de color de la noche a la mañana,o la tarde a la noche.
Sólo puedo sentarme cuando oigo vacíos del silencio que decide llegar a casa.
Intento tocar el piso y sujetarme de ramas,
de ramas que me jalan y se enredan,
ellas conmigo, y yo, con ellas.
Todo se vuelven tan sutil, tan despacio
y, tan suave, que llego a olvidar cómo empezar a caminar,
prefiero, por instantes,
nunca dejar de oír el silencio de las calles que suena cada noche mientras la luna decide salir.