jueves, 29 de julio de 2010

Faces


siento que hay un mundo el cual no quieres compartir,
uno mágico y especial donde te gusta vivir.
Un mundo tan real, que ya no sabes diferenciar,
diferenciar lo que es irreal y no.
Pienso que vives la vida que muchos quisieran llevar,
pero aquí estoy una vez más y yo no optaría por esa;
pero, hay algo por dentro que te consume y no te deja en paz,
siento que te muestras a la calle como alguien ocasional y especial;
sin embargo, sé que hay algo más,
sé que puedes dar más.

Así son muchos, se muestran como tal y no lo son,
otros, sí, algunos, son quienes son,
pero en este caso, siento que tu das mucho más de lo que alguien podría dar.
Pienso otra vez,
sentada en el mismo lugar pero con otro punto,
en tantas cosas que pudiste mostrar,
tantas ideas que muchos no pueden decir o soltar,
ideas que son tan solo tuyas, de nadie más,
intocables, pero por ti sí.

Siento que tienes más para dar,
que te guardas algo especial y no lo quieres dar a conocer,
que ese ser tan único que sueles ser, es por alguna razón.
Poco a poco descubriremos porque estamos aca,
tal vez nunca sea tarde y lo descubras,
quizás ayude a mejorar tu ideal, o no,
pero el conocer esa razón de algo cambiará.

Pienso que las personas tienen mucho para dar,
unos brillan más que otros por el simple hecho de quedarnos tal y como somos,
para que buscar más si esta vida nos complace de tal modo,
unos son estrellas, otros sombras,
pero sombras que dentro tienen la luz más intensa que el sol.

jueves, 15 de julio de 2010

El cambio diario,


Una pieza tapó otra,
una obra robó la anterior,
una persona reemplazó a otra
¿y si las nuevas empiezan a ser mejores?

Es un círculo el cual no son muchos los que lo quieren conocer,
tienen miedo pues de la vida en general
¿por qué enfrentarse cuando se puede huir?
La respuesta es simple, vagancia.

Ella tenía alas, tenía libertad, la vida más libre,
no sabía a donde ir, a donde llegar; pero, podía escapar.
Vivía como uno puede vivir,
era capaz de pararse y continuar con todo, adivinen que,
no quería nada de ello; tan solo, quedarse donde estaba y quizás, algún día,
ser encontrada.
No debía importar quien la encontraría,
pues quien lo hiciera, tendría el valor más grande de la vida,
hallar a alguien especial que dejó de serlo desde el día que decidió ser encontrada.

Camina camina y camina por la calle,
vieja vencidad, calles tristes y abandonadas que ya no sirven más.
Todo cambió,
desde aquel pelo que solía ser marrón hasta esa persona quien solía ser un extraño.
El mundo de pronto se hizo mejor,
pues el mal decidió al fin huir y todo brillaba como multicolor.
Y si se enamoró, qué
¿acaso fuiste tu quién le dio importancia?
Déjala vivir,
déjala ser quien es,
porque si ella es así,
encontró lo que muchos no,
su propia libertad,
la libertad que algunos no quieren aceptar para el bien.